Introducción
Según
el Art. 7 de la Declaración de los Derechos del Niño (ONU 1959) “Los niños y niñas necesitan espacios de
juego donde compartir su tiempo sin importar cuáles sean sus capacidades y donde
aprendan a vivir en igualdad”. Ojalá
muchos niños pudieran conocer, coexistir y recrearse con toda la seguridad y
realidad que se merecen. Las zonas infantiles de los parques y los jardines,
cada día deberían de ser mas inclusivos donde las barreras de la accesibilidad
física y social serian mas invisibles. Pero existen otras barreras que no son
detectables y que sin embargo si están presentes. Es la barrera de la
comunicación que por falta de ella, se ha dejado en el olvido. Una falta de
comunicación entre adultos-niños-adultos así como niños-niños. Los niños con
discapacidad por trastorno del desarrollo, donde no siempre encuentran espacios
del todo accesibles por sus necesidades, por ello la gran prioridad de que
todos los parques para que sean seguros, confortables, divertidos, activos
físicos y intelectualmente, donde podamos encontrar un sinfín de nuevas
experiencias física-sensoriales que nos beneficien a todos por igual, y cada
uno a su ritmo y necesidades. Una vez conseguido esto, notaremos seguramente
niños y padres mas sociables. La
presencia de jardines es vital en la creación de un ambiente sano y equilibrado
para los habitantes en las ciudades. El patrimonio verde es un espacio de disfrute, un ambiente
impregnado de olores agradables de la naturaleza que se hace imprescindible en
las ciudades, en donde el hormigón predomina el estrés y otras enfermedades de
tipo emocional que están presentes. El conservar áreas que simplemente inviten
a la tranquilidad y la paz es un buen comienzo para poner un aporte en la
mejora de la calidad de vida de las personas, buscar y lograr el bienestar
humano.
El patrimonio verde es un gran integrador
en la interrelación del individuo y la naturaleza. Este vinculo natural es un
catalizador emocional y social benefactor de la mejora de muchas enfermedades
mentales de la sociedad actual. Los espacios verdes como áreas de recreación, son utilizadas
para jugar, caminar y contemplar la naturaleza, los árboles pueden evocar diferentes
sensaciones beneficiosas para la salud. Los psicólogos Rachel y Stephen Kaplan
(citados por Nilsson, Randrup y Tvedt 1998), en su teoría sobre la interacción
entre la atención del hombre con respecto a su entorno, defienden que la
naturaleza refuerzan la atención espontánea y consiente, permiten la relajación
del aparato sensorial e infunden energía fresca, traen distensión y agudizan la
concentración. Por lo tanto, los parques y los jardines
vinculan diversas funciones sociales de esparcimiento y relajación para todas
las edades, es un bien y un derecho que tenemos todos de poder disfrutar de
esta interrelación social. Todas las
zonas de los jardines y parques deben ser accesibles y por lo tanto seguros
para todos, donde el objetivo es tener jardines inclusivos. De este modo, se
fomentará independientemente de las posibles diversidades funcionales de
algunos niños, la comunicación abierta con unos valores de compañerismo,
empatía, respecto en semblanza, participaciones compartidas, solidaridad y todo
ello en un mismo espacio y tiempo.