Un poco de historia de uno de los pulmones de Madrid:
Sus 1722,60 hectáreas convierten este espacio natural en el
mayor parque público de Madrid. La historia de la Casa de Campo comenzó
con la decisión de Felipe II de trasladar la Corte a Madrid y residir en
ella. El rey comienza a formar una finca que unía el Palacio con el
cazadero de El Pardo. Alrededor de este núcleo se irán agregando fincas
de labor y campos comprados a los colindantes.
Con Fernando VI este sitio se declaró Bosque Real. Dada la finalidad
cinegética y campestre de la finca y la proximidad de Palacio, la
primitiva casa de campo de los Vargas se amplía para acoger los
aposentos reales para estos menesteres. Carlos III le dará un nuevo
rumbo introduciendo ganadería y agricultura entre sus fines, que serían
continuados por la Reina María Cristina.
Tras la proclamación de la Segunda República, fue cedida por el
Estado al pueblo de Madrid (1 de mayo de 1931), estando desde entonces
abierta al público. Durante la guerra civil fue frente de batallas y
bombardeos que afectaron a sus construcciones antiguas e hicieron
aparecer nuevas construcciones militares, que aún se pueden ver.
Este gran lago artificial tiene sus orígenes en el siglo XVI, dentro del proyecto paisajístico encomendado por el rey Felipe II al arquitecto Juan Bautista de Toledo, para el acondicionamiento del Real Sitio de la Casa de Campo . Tras una profunda restauración realizada en 2018, el lago es un lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza mientras se toma algo en los bares y restaurantes situados a su alrededor, así como para practicar deportes náuticos.
El lago ocupa una superficie de 80.150 metros cuadrados, con un volumen de 158.637,41 metros cúbicos de agua y una profundidad que varía desde los 4,50 metros de máxima hasta 1,20 metros de mínima. Su perímetro tiene una longitud de 1.370 metros.
Paseando por su entorno, catalogado como Bien de Interés Cultural en la categoría de Sitio Histórico, se pueden encontrar diversos árboles y arbustos, como madroños, tarays, arces, serbales, plátanos y olmos. En la zona de restaurantes se sitúa un mirador desde el que poder observar el lago, el parque y unas preciosas vistas de Madrid.
El embarcadero, con más de 250 metros cuadrados divididos en cuatro pantanales, cuenta con 68 barcas de uso recreativo y la posibilidad de navegar en piragua y canoa.
Gracias, por hacer que esta zona sea accesible permitiendo a muchos usuarios el poder pasear y disfrutar de estas magnificas vistas y tranquilidad del parque.
Gracias